Dos sucesos bien anunciados en la prensa y los medios alemanes de comunicación han despertado mi extrema indignación.
El primero, ocurrido hace aproximadamente tres días, está relacionado con un bombardeo realizado por los Estados Unidos en la región fronteriza de Paquistán con Afganistán. En el hecho murieron varias personas entre ellas 4 a 8 alemanes con afiliación islamista. El bombardeo realizado, por cierto, a control remoto desde las instalaciones del Departamento de Defensa en territorio americano, no es el primero en su clase, sino uno de tantos ataques a supuestas bases de encuentro entre talibanes y otros grupos extremistas de la región.
El segundo hecho se refiere a la alerta general de los países europeos sobre posibles atentados planeados por estos grupos extremistas y cuyo objetivo serían algunas ciudades o puntos geográficos dentro del territorio europeo.
Pongamos algunas cosas en claro. La Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), avalada por todas aquellas naciones miembros de la ONU, entre ellas EEUU, así como los países de la Unión Europea, nos dice en sus artículos 10 y 11 que:
Artículo 10:
Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.
Artículo 11:
1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.
2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito.
Esta misma declaración asegura en su artículo 20 que toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas.
Ahora bien, EEUU, en su “incansable” lucha contra el terrorismo, ha venido ejecutando violentos atentados contra diversos miembros y células de “grupos terroristas”. Me permito en este momento citar a la prensa europea: “presuntos grupos terroristas”; con “presuntas intensiones” de llevar a cabo atentados en contra de las tropas y los estados miembros del Tratado del Atlántico Norte (NATO) estacionadas en las regiones en conflicto (Afganistán, Iraq). Entonces, pregunto: ¿qué pasó con el artículo 10 de la DUDH? ¿Dónde está el juicio público que permitiría esclarecer si todos estos “presuntos” son en realidad culpables de los horrores que se les atribuyen?.
Porque mientras no haya nada comprobado, estas personas solo hacen uso de su derecho a reunirse y a asociarse, así como del derecho de todo ser humano a “la libertad de pensamiento, conciencia y de religión”. Sin embargo, están siendo condenados a la pena capital sin juicio previo. Esto, mis estimados lectores se llama homicidio, usando el lenguaje puesto de moda por nuestros vecinos del norte, se llama terrorismo.
El conflicto en medio Oriente, no debería sernos ajeno. Como ningún otro conflicto bélico, este disfruta de casi casi del consentimiento de Dios. Bush lo afirmaba con vehemencia en sus discursos públicos: “I am driven with a mission from God. God would tell me, 'George go and fight these terrorists in Afghanistan'. And I did. And then God would tell me 'George, go and end the tyranny in Iraq’ ”.
¿Alá o Dios o Petróleo? ¿Quienes resultaron más extremistas y radicales?
Durante la invasión a Afganistán, una ola mediática nos contaba de la situación desventajosa en que se encontraban las mujeres en el Medio Oriente, nos contaba de los terribles talibanes y de sus vínculos con Al-Qaeda. Nos repetían una y otra vez lo ocurrido en el World Trade Center, y cómo EEUU estaba destinado a restaurar la libertad y la democracia en estos países. Lo que se les olvidó contarnos con igual entusiasmo, fue que con el apoyo de la administración Clinton, los talibanes alcanzaron el poder en Afganistán. También se les olvidó decirnos que Afganistán es una pieza estratégica en la construcción de un oleoducto que conectaría depósitos importantes de gas y petróleo situados en Asia central con el Mar Árabe. Esta infraestructura pondría el mercado asiático a merced de las compañías petroleras estadounidenses. Lo que tampoco nos contaron, porque los ataques a las torres gemelas eran demasiado holiwoodescos y prometían aún horas y horas de entretenimiento mórbido, es que la guerra civil en Afganistán les dificultaba la instauración definitiva de los talibanes que a su vez posibilitaría el anhelado sueño del oleoducto. Entonces, como haciendo un bosquejo en la hoja de un cuaderno que al final no les gustó, los estadounidenses decidieron arrancar la hoja, hacerla bolita y empezar de nuevo. Y lanzaron su ofensiva para borrar del mapa a los talibanes y empezar a bosquejar nuevos planes en una hoja limpia.
En este punto voz a lanzar una especulación basada en una que otra lectura: yo creo que Bin Laden ni siquiera estaba aliado con los talibanes. Así como tampoco estaba involucrado con Sadam Hussein. Se me ocurre que, el tipo lo único que quería era expulsar la influencia extranjera en esta región de Asia. (Pero lo que si les digo, es que si Bin Laden sigue vivo, y antes de que los miembros de NATO se hagan justicia por su propia mano, espero sinceramente que se le haga un juicio justo.)
El juego es entonces, como bien lo dice mi amigo Domingo Ramos, venezolano de origen y de corazón: “muslim with oil is not a human”.
Mi amigo, al mismo tiempo irónico y optimista, sabe también que el juego no es solo con los musulmanes sino también:
Mexican is not a human
Venezuelan is not a human
Colombian is not a human
Ecuadorian is not a human
Bolivian is not a human
Peruvian is not a human
African is not a human
…y la lista continua…
Pero nos gusta llamarle “Libertad”.
Texto de Carla S.A.
Editado y blogeado por Karma Kale Keen!!!!!!